jueves, 8 de marzo de 2007

Inland Empire




Muy poco se puede decir sobre Inland Empire que no sepáis, porque aquello que realmente queréis averiguar, aquello que no os deja dormir por las noches, sobre lo que pensáis constantemente desde que visteis el film, es un enigma que al igual que vosotros, el resto de aquella gran minoría que nos hemos acercado a una sala de cine a verla, también nos cuestionamos. Pero, no os sintáis mal, no os creáis torpes por no saber cual es la trama de esta película, porque sencillamente no tiene. Y no es que yo lo diga, sino que el propio Lynch ha reconocido sin ningún pudor ni complejo que trabajó sin guión, y rodaba según se le ocurría una escena, aunque no supiese cómo encajaría con el resto.La improvisación es su método de trabajo y mucho han tenido que ver en esto las facilidades y libertades que le ha proporcionado el rodar en digital, (labor que le ha llevado más de dos años) lo que le confiere al film un acabado más sucio, de baja definición, una textura de obra experimental de video arte, abusando de planos realmente incómodos, en los que el acercamiento con la cámara a los rostros de los actores llega a ser extremo. Si partimos de estas referencias, ¿por qué permanecemos en el empeño de buscar en Inland Empire una estructura lineal que creemos subyaciendo bajo sus bucles? Tiene un comienzo, con una base que podríamos definir como convencional, pero que no está exenta de elementos desconcertantes y no poco surrealistas, como la conversación con la que abre el film, entre la extrañísima vecina gesticulante con actitud desafiante que visita a Nikki Grace (magnífica Laura Dern) a la que le hace una serie de advertencias y pronósticos delirantes (“si fuese mañana usted estaría allí sentada”). Después vemos cómo los actores Nikki Grace y Devon Derk(Laura Dern y Justin Theroux) se preparan para el rodaje de una película. En uno de los ensayos el director (Jeremy Irons) les informa de que no es una idea original, sino que será un remake de una película de origen polaco que no se llegó a terminar porque los dos actores protagonistas murieron. Entre tanto, pequeños fragmentos de su serie Rabbits. Durante este ensayo, Devon se levanta porque escucha un ruido, como si alguien hubiera entrado. Se aproxima a una puerta donde leemos la palabra Axxonn. Y sucede, lo que es común en casi todas las películas de Lynch( sobre todo en las tres últimas), que llegado un momento del metraje, existe un punto de inflexión, a partir del cual todo salta por los aires en un vuelo sin retorno. Si alguna vez hubo lógica y coherencia, en cuestión de un segundo dejan de existir, dejando al espectador en mitad de un desierto donde cualquier atisbo de comprensión es como un oasis ficticio, mera ilusión. Muchas veces el esfuerzo por encontrar un nexo concordante entre las escenas que se presentan ante nosotros ordenadas al antojo de Lynch, es pura frustración, y más que ninguna en toda su filmografía, ocurre en Inland Empire, que tiene no pocas similitudes con sus dos anteriores films, Mulholland Drive y Carretera Perdida, principalmente por los personajes que las pueblan: sus potagonistas sufren trastornos de identidad, que buscan una vía de escape a su angustia vital y problemas personales, traspasando mundos paralelos, entre lo onírico, el subconsciente y la fantasía, mezclado en una coctelera con unas gotas de la realidad que el resto de personajes perciben. Todo esto da lugar a un aluvión de situaciones en las que las puertas de tránsito se abren y cierran sin apenas percatarnos.
Lynch siempre va un paso por delante, su mundo de inventiva es en gran parte inaccesible para el resto de la humanidad, solo él conoce el por qué, no es fácil penetrar en su laberinto y los que lo hacen, solo pueden conseguirlo dejándose llevar, entregándose a esa experiencia sensorial que son sus films. Lynch es un cineasta sobradamente consagrado que ha demostrado saber moverse en diferentes ámbitos, desde el cine más experimental al más clásico como se puede ver en El hombre elefante y Una historia verdadera. Es evidente que es un creador para sí que se encuentra totalmente apartado del starsystem. No necesita ni busca el beneplácito de crítica y público, siendo a veces necesaria una lucha encarnizada con los productores para poder preservar su obra tal y como él la gesta desde un principio, pudiendo así exhibir, aunque en pocas salas, sus 172 minutos de Inland Empire.
En conclusión, Inland Empire tiene un poder hipnótico, para algunos porque literalmente se dormirán en la butaca y para otros porque después de salir de la sala, con el paso del tiempo, irán descubriendo que les ha aportado más de lo que esperaban, como si a través de sus imágenes Lynch nos inoculara en la retina un germen que se va desarrollando poco a poco hasta provocar confusión y tener la necesidad, por pura cinefilia, de entregarse a otra sesión de Inland Empire

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez más, lo has vuelto a clavar, amiga mía. Magnífica crítica ésta, máxime cuándo hablamos del excéntrico, complejo, onírico e irreductible cine de David Lynch, cineasta complicado donde los haya. Y Inland Empire, la peli que tratas en tú crítica, es, sin ningún tipo de duda, la cúspide de su cine más extraño y difícil(luego está, como tú bien comentas, su "otro cine", el más clásico e inteligible). Realmente demuestras una gran osadía al acometer la crítica de semejante film, la dificultad es enorme y más que digna de tenerse en cuenta,pero creo que el modo en el que lo enfocas es el adecuado. Sobre la temática, muy poco se puede decir, ya lo sabemos todos aquellos que la hemos visto,salvo unos pocos datos introductorios que se muestran al principio y que ya has explicado tú magníficamente. Por eso creo que tratas el artículo de la mejor forma posible, haciendo especial hincapié en las motivaciones y obsesiones de su director a modo de posibles referencias y puntos de apoyo para todo aquel futuro valiente que se acerque a un cine a verla, amén de repasar otro tipo de datos informativos de la filmografía de este interesantísimo director de cine, un auténtico creador/autor de los que escasean, por desgracia.
En fin, muy poco me queda por decir ya, salvo reiterar mis felicitaciones, reconociendo que merecerías muchos más adjetivos calificativos halagüeños en la lista, pero creo que ya sería repetirse ¿no crees?. Pues eso, nos vemos por aquí en tu próxima crítica, ya cuento los minutos, 1, 2, 3...

faka dijo...

simplemente me enamoras, eres la mejor critica de cine del mundo mundial!!!!!!!